El Trastorno del Desarrollo Social es una condición que afecta la capacidad de un individuo para interactuar y comunicarse con otros. Este trastorno puede tener un impacto significativo en la vida de una persona, afectando su capacidad para formar relaciones y funcionar en la sociedad

Los trastornos del desarrollo, ahora más precisamente denominados trastornos del neurodesarrollo, son trastornos que pueden afectar la adquisición, retención o aplicación de habilidades específicas o conjuntos de información que tienen su inicio en la infancia. Estos trastornos pueden consistir en alteraciones en la atención, la memoria, la percepción, el lenguaje, la resolución de problemas o la interacción social.

Prevalencia

Los trastornos del neurodesarrollo afectan entre el 5% y el 10% de la población, con un comienzo típico en la infancia y antes de la pubertad, periodo en cual el cerebro está en pleno desarrollo.

Causas

Diversos factores pueden afectar el normal desarrollo del cerebro, aunque en muchos casos la etiología es desconocida. Las causas pueden clasificarse en: Congénitas, por ejemplo, mutaciones genéticas o trastornos metabólicos. Prenatales, como deficiencias nutricionales o infecciones maternas. Perinatales, por ejemplo, las derivadas de complicaciones durante el parto, especialmente la falta de oxígeno (hipoxia). Postnatales, que hacen referencia a factores como traumatismos craneoencefálicos, infecciones como la meningitis o la exposición a tóxicos ambientales después del parto. 

Sin embargo, no hay causas definidas para todos los trastornos del desarrollo social y por ello son llamados trastornos del neurodesarrollo.

 

Síntomas

Los síntomas del Trastorno del Desarrollo Social pueden variar dependiendo del tipo específico de trastorno, pero en general, pueden incluir los siguientes:

  1. Pensamientos confusos o capacidad reducida de concentración.
  2. Preocupaciones o miedos excesivos o sentimientos intensos de culpa.
  3. Altibajos y cambios radicales de humor.
  4. Alejamiento de las amistades y de las actividades.
  5. Cansancio importante, baja energía y problemas de sueño.

En el caso del Trastorno de Relación Social Desinhibida, un tipo específico de Trastorno del Desarrollo Social, los síntomas pueden incluir:

  1. Ausencia de sentimientos de miedo o temor hacia extraños.
  2. Interacción activa y desinhibida con cualquier adulto no familiar o conocido.
  3. Comportamiento verbal y manifestaciones de afecto físico excesivamente familiares, teniendo en cuenta las normas sociales y la edad del niño.

Es importante recordar que estos síntomas pueden variar de una persona a otra y que siempre se debe buscar la orientación de un profesional de la salud mental para un diagnóstico y tratamiento adecuados.

Tipos de Trastornos del Desarrollo Social

Existen varios tipos de trastornos del desarrollo social, incluyendo el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) y el trastorno de la comunicación social. Los Trastornos del Espectro Autista (TEA) también se consideran dentro de esta categoría, caracterizados por algún grado de alteración del comportamiento social, la comunicación y el lenguaje.

Diferenciación con la timidez

El Trastorno del Desarrollo Social y la timidez son dos conceptos que a menudo se confunden, pero tienen diferencias significativas.

  1. Naturaleza de la condición: La timidez es un rasgo de personalidad que se presenta en una gran cantidad de personas, donde el individuo tiene dificultad para expresarse en público y vincularse con sus semejantes. Por otro lado, el Trastorno del Desarrollo Social es un trastorno psiquiátrico que requiere atención profesional.
  2. Impacto en la vida diaria: La timidez puede causar cierto aislamiento y limitación de la vida social, pero no se considera una patología a menos que se lleve al extremo y se eviten activamente situaciones sociales o se generen síntomas como crisis de ansiedad. En cambio, el Trastorno del Desarrollo Social puede debilitar el funcionamiento de una persona, no sólo socialmente, sino también en su vida laboral y familiar.
  3. Respuesta al miedo: Las personas tímidas suelen presentar un malestar circunscrito a hechos interpersonales puntuales, influyendo poco o nada en su desempeño académico o laboral. En contraste, las personas con Trastorno del Desarrollo Social experimentan un miedo intenso a ser juzgados o rechazados en situaciones sociales.

Tratamiento

El tratamiento del Trastorno del Desarrollo Social puede variar dependiendo de la gravedad y las necesidades individuales de cada persona. Sin embargo, algunos de los enfoques de tratamiento más comunes incluyen:

  1. Intervenciones conductuales: Estas intervenciones buscan ayudar a la persona a desarrollar habilidades sociales y de comunicación, así como a resolver problemas. Los métodos como el role-playing o la simulación son muy utilizados en este tipo de programas, con el objetivo de generalizar las situaciones planteadas durante el programa con aquellas que suelen darse en la vida diaria.
  2. Apoyo psicosocial: Este tipo de apoyo puede incluir terapia individual y familiar, así como el trabajo en conjunto con profesionales de la salud mental y educadores.
  3. Rehabilitación neuropsicológica: Este enfoque se centra en estimular las habilidades que el niño o niña no ha desarrollado adecuadamente.
  4. Programas de intervención en habilidades deficitarias: Estos programas buscan ayudar al niño que sufre algún tipo de trastorno dentro del espectro autista a desarrollar, mejorar o adquirir una mayor conciencia y comprensión de la perspectiva de los otros.

Es importante recordar que siempre se debe buscar la orientación de un profesional de la salud mental para un diagnóstico y tratamiento adecuados. Cada individuo es único y puede requerir un enfoque de tratamiento personalizado para satisfacer sus necesidades específicas.

Pronóstico 

La perspectiva a largo plazo para las personas con Trastorno del Desarrollo Social puede variar dependiendo de varios factores, incluyendo la gravedad del trastorno, el momento del diagnóstico, y la calidad y consistencia del tratamiento recibido. Aquí hay algunos puntos clave a considerar:

  1. Aprendizaje y Cuidado Personal: Las personas con este trastorno pueden necesitar un período largo de aprendizaje para el cuidado personal, como la alimentación y la higiene. También pueden necesitar ayuda continua en tareas cotidianas complejas.
  2. Supervisión en Diversos Ámbitos: Pueden necesitar supervisión considerable en el ámbito laboral, transporte, cuidado de salud y gestión del dinero.
  3. Rehabilitación y Apoyo Social: La rehabilitación, el apoyo social y la atención comunitaria son esenciales para las personas con trastorno mental grave. La integración en el ámbito de la vida diaria y social puede ser ardua, por eso se precisan los mayores esfuerzos para adaptar cada caso concreto a sus necesidades en el ámbito cultural, laboral, social y afines.
  4. Programas de Intervención: Los programas de intervención donde se ha puesto mayor énfasis y cuya investigación ha resultado más fructífera ha sido principalmente el desarrollo de programas de entrenamiento en habilidades sociales. Estos programas buscan ayudar al individuo a desarrollar, mejorar o adquirir una mayor conciencia y comprensión de la perspectiva de los otros.

 

El Trastorno del Desarrollo Social es una condición compleja que requiere una comprensión profunda y un enfoque multidisciplinario para su manejo. Aunque puede ser un desafío, con el apoyo adecuado, las personas con este trastorno pueden llevar una vida plena y satisfactoria.

Si te gustaría formarte con nosotros, te invitamos a revisar nuestro catálogo de cursos, diplomados y especializaciones.

Si te gustaría recibir información actualizada, basada en evidencias científicas sobre los trastornos del neurodesarrollo y afines, te invitamos a suscribirte.

Referencias