09 de agosto 2025

El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) es una condición neurobiológica que afecta a millones de personas. Si bien su manejo a menudo incluye terapia y medicación, el estilo de vida juega un papel crucial. Factores como el sueño y la alimentación pueden impactar significativamente la intensidad de los síntomas y el funcionamiento cognitivo.

 

La Relación entre Sueño y TDAH

Las dificultades para dormir son comunes en personas con TDAH, tanto niños como adultos. Pueden incluir insomnio, dificultad para conciliar el sueño o un sueño fragmentado. La privación crónica del sueño exacerba los síntomas de inatención, impulsividad e hiperactividad, dificultando aún más la regulación emocional y el rendimiento académico o laboral.

Un sueño insuficiente afecta la función ejecutiva del cerebro, que reside principalmente en la corteza prefrontal. Esto repercute en la memoria de trabajo, la planificación y el autocontrol. Establecer una higiene del sueño rigurosa es, por tanto, una intervención no farmacológica fundamental.

 

Estrategias para Mejorar el Sueño

Crear una rutina de sueño consistente es esencial. Esto implica acostarse y levantarse a la misma hora todos los días, incluso los fines de semana. Asegúrate de que el ambiente para dormir sea oscuro, tranquilo y fresco. Evita pantallas (teléfonos, tabletas, televisores) al menos una hora antes de acostarse.

Considera limitar la cafeína y las bebidas azucaradas, especialmente por la tarde. Incorporar actividad física regular durante el día también puede promover un sueño más profundo. Si las dificultades persisten, buscar la orientación de un especialista en sueño es recomendable.

 

El Impacto de la Alimentación en el TDAH

Aunque la investigación es compleja, la alimentación puede influir en el manejo del TDAH. Dietas con alto contenido de azúcares refinados y aditivos artificiales a menudo se asocian con un aumento de la hiperactividad y la impulsividad. Por otro lado, una nutrición balanceada puede apoyar la neurotransmisión y la salud cerebral.

Los ácidos grasos Omega-3, presentes en pescados grasos, son importantes para la función cerebral y se han estudiado por su potencial en la mejora de la atención. Mantener los niveles de glucosa estables a través de comidas regulares y ricas en proteínas y fibra también puede ayudar a estabilizar el estado de ánimo y la concentración.

 

Claves de una Dieta Beneficiosa

Una dieta rica en frutas, verduras, proteínas magras y granos integrales es fundamental. Limita los alimentos procesados, las bebidas azucaradas y los colorantes artificiales. Algunos individuos pueden beneficiarse de identificar y eliminar alimentos a los que son sensibles, aunque esto debe hacerse bajo supervisión profesional.

La hidratación adecuada también es vital para el funcionamiento cerebral óptimo. Una dieta consciente no solo apoya la salud neurológica sino que contribuye al bienestar general de la persona con TDAH.

 

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Referencias

  • American Psychiatric Association. (2013). Diagnostic and statistical manual of mental disorders (5th ed.). American Psychiatric Publishing.
  • Millichap, J. G., & Yee, M. M. (2012). The diet factor in attention-deficit/hyperactivity disorder. Pediatrics, 129(2), 330-337.
  • Sadeh, A., Gruber, R., & Raviv, A. (2002). Sleep patterns and sleep disruptions in school-age children with attention-deficit/hyperactivity disorder. Sleep Medicine, 3(4), 313-317.