Para adentrarnos en este interesante tema, definamos de manera breve la psicomotricidad, la cual es una disciplina que promueve la integración y conexión con nosotros mismos a través del movimiento.
La psicomotricidad y las emociones
Más allá de sus beneficios físicos, la psicomotricidad desempeña un papel crucial en el desarrollo emocional, ayudando a las personas a comprender, expresar y gestionar sus sentimientos de manera más efectiva considerando la unión corporeidad-psiquismo.
Por consiguiente, demos un vistazo de la integración psicomotricidad y emociones, para, de esta forma, valorar no solo su relación, sino también su importancia y la valiosa herramienta que representa para el desarrollo emocional.
Iniciemos, la psicomotricidad parte del principio de que el cuerpo es el primer lenguaje y es a través del movimiento, los gestos y las posturas que expresamos nuestras emociones.
Al tomar conciencia de estas expresiones corporales, podemos aprender a identificar y regular nuestras emociones de manera más consciente. Recordemos incluso que en las primeras etapas de vida en las que el lenguaje hablado todavía no es posible, nuestros bebés se expresan a través del cuerpo, con señas y expresiones no verbales.
Igualmente, el movimiento permite expresar emociones de forma no verbal, lo que puede ser especialmente útil para aquellos que tienen dificultades para verbalizar sus sentimientos.
Además, el logro de objetivos a través de actividades psicomotrices fortalece la confianza en sí mismo y la autoestima, facilitando las relaciones sociales y la cooperación.
El movimiento y la conciencia corporal
Mientras nos movemos haciendo consciencia de nuestro cuerpo, desciframos nuestras expresiones y ello, (el movimiento y la conciencia corporal) tiene un efecto positivo en el sistema nervioso, ayudando a reducir los niveles de estrés y ansiedad.
La psicomotricidad es mucho más que una simple actividad física, en nuestros pequeños, influye significativamente en la estimulación de la capacidad de los niños para regular sus emociones y relacionarse con los demás.
De tal manera que nuestros cuerpos no solo son vehículos para moverse en el espacio, sino también canales para expresar y procesar nuestras emociones y todo nuestro SER.
Actividades para fomentar la psicomotricidad en el desarrollo emocional
Por lo anterior, reflejamos algunas actividades que podemos implementar para fomentar o estimular la psicomotricidad para el desarrollo emocional de nuestros pequeños:
- Relajación: Técnicas de respiración, estiramientos y visualización guiada.
- Expresión libre: Danza, pintura, modelado, donde los participantes expresan sus emociones de forma espontánea.
- Juegos cooperativos: Actividades que fomentan la colaboración, la empatía y la resolución de conflictos.
- Actividad física con sistematización de experiencias: Juegos de pelota, correr, nadar, danzar, entre otros. Preguntando sobre emociones, sentimientos y guiando en la consciencia corporal antes y al finalizar la estructura del juego.
Al incorporar actividades psicomotrices en nuestra vida, podemos estimular la capacidad para comprender y expresar nuestras emociones.
Recordemos que aquello de lo que no somos conscientes, igualmente se refleja en nuestro cuerpo y muchas veces lo que no es posible expresar en palabras, se expresa a través del movimiento.
Valorando esta importante relación, podemos afianzar espacios más recíprocos, empáticos, conscientes, llenos de apertura y amor para nuestros pequeños y la familia en general.
Referencias.
García, M. (2015). La psicomotricidad y su relación con la inteligencia emocional en los niños. Impulso 06, 12.
Ayres, A. J. (1972). Sensory integration and learning disorders. Western Psychological Services.