La estimulación temprana se ha convertido en una práctica cada vez más popular entre los padres y profesionales de la salud, y con toda la razón, ya que sus beneficios son realmente alentadores en diversas situaciones de vida. No todas las personas funcionamos de la misma forma y a algunos nos cuesta un poco más que a otros ciertas habilidades, y es acá donde resalta la importancia de la estimulación temprana. Ahora bien, ¿qué es la estimulación temprana? ¿Funciona como forma preventiva en el logro de los hitos del desarrollo? ¿Es posible potenciar habilidades motoras y psicomotoras con la implementación de la estimulación temprana? La respuesta a estas preguntas, se estarán abordando en las próximas líneas.
La estimulación temprana consiste en un conjunto de actividades diseñadas y sistematizadas para favorecer el desarrollo integral del niño desde los primeros años de vida en cada una de sus áreas, sean estas, física, cognitiva, lenguaje o social.
En este sentido, el desarrollo psicomotor engloba el conjunto de habilidades motoras (gruesas y finas), cognitivas y sociales que el niño adquiere en los primeros años de vida. Estas habilidades se desarrollan de forma interrelacionada y son fundamentales para el aprendizaje y la interacción con el entorno.
El cerebro de los bebés y niños pequeños es muy receptivo a la estimulación dada la plasticidad del mismo. Es decir, que la exposición a experiencias enriquecedoras (estimulación temprana), favorece en la creación de nuevas conexiones neuronales que, a su vez, fortalecen las habilidades y facilitan el aprendizaje. Esto representa el fundamento o la piedra angular en la importancia de la estimulación temprana en la potenciación de habilidades psicomotoras y por tanto el logro de los hitos del desarrollo tan necesarios para la maduración y funcionalidad del ser humano.

Con base en ello, detengámonos a analizar los beneficios de la estimulación temprana. A nivel motor, mejora la coordinación, el equilibrio, la fuerza y la precisión en los movimientos. En lo referente al área cognitiva, potencia la curiosidad, la atención, la memoria y la resolución de problemas, igualmente, en el área de lenguaje, fomenta la comprensión y la producción del lenguaje oral, finalmente, en lo que se refiere al área socioemocional, favorece la interacción social, la empatía y por consiguiente una sana autoestima.
A continuación les compartimos algunas actividades de estimulación temprana para el desarrollo psicomotor:
- Juegos sensoriales: Explorar diferentes texturas, olores y sabores.
- Canciones y juegos rítmicos: Fomentar la coordinación y el sentido del ritmo.
- Lectura en voz alta: Estimular el lenguaje y la imaginación.
- Juegos de construcción: Desarrollar la creatividad y la resolución de problemas.
- Juegos al aire libre: Promover la actividad física y la exploración del entorno.
Igualmente, a la hora de realizar las actividades, es necesario tener en cuenta diversas condiciones, algunas de ellas son:
- Crea un entorno seguro y estimulante: Proporciona a tu hijo un espacio donde pueda explorar y moverse con libertad.
- Juega con tu hijo a diario: Dedica tiempo de calidad a interactuar con tu hijo a través del juego.
- Sigue el ritmo de tu hijo: Observa sus intereses y adapta las actividades a sus necesidades y capacidades.
- Sé paciente y constante: El desarrollo es un proceso gradual, así que sé paciente y disfruta de cada etapa.
La estimulación temprana es una herramienta fundamental en el desarrollo de los niños. Al proporcionar a los bebés y niños pequeños experiencias enriquecedoras y adaptadas a sus necesidades, se fomenta un desarrollo óptimo en todas las áreas: cognitiva, física, social y emocional. Ahora bien, ¿cómo sucede este proceso preventivo?
En líneas anteriores comentamos sobre la plasticidad cerebral de los bebés y cómo se desarrolla rápidamente en respuesta a las experiencias. La estimulación temprana crea nuevas conexiones neuronales, lo que favorece la formación de circuitos cerebrales eficientes y fortalece las bases para un desarrollo cognitivo y emocional saludable.
Igualmente, al ofrecer actividades variadas y desafiantes, la estimulación temprana ayuda a los niños a adquirir las habilidades motoras, cognitivas y sociales necesarias para su edad. Además, a través de la observación y la interacción con el niño, los padres y los profesionales pueden identificar tempranamente posibles retrasos en el desarrollo y tomar medidas adecuadas.
Otro aspecto a resaltar es que la estimulación temprana despierta el interés de los niños por explorar su entorno y aprender cosas nuevas, lo que favorece un desarrollo cognitivo activo y autónomo al mismo tiempo que crea un vínculo seguro con los cuidadores ya que las interacciones positivas y afectuosas entre el niño y sus cuidadores durante la estimulación temprana contribuyen a desarrollar un vínculo seguro, lo que es fundamental para el bienestar emocional del niño.
La estimulación temprana es una inversión en el futuro de nuestros niños. Al ofrecerles un entorno no sólo adecuado sino enriquecedor y respetuoso desde sus primeros años de vida, estamos aprovechando al máximo su plasticidad cerebral y por tanto sembrando y sentando unas bases fuertes para las experiencias enriquecedoras desde los primeros años de vida, por ejemplo, podemos prevención en retrasos del desarrollo, consecución de hitos y un aprendizaje exitoso para una vida plena, funcional y adaptativa.
Referencias
- Shonkoff, J. P., & Garner, A. S. (Eds.). (2000). The future of children: Early childhood development and public policy. The Future of Children, 10(2), 4-229.
- García, M. (2015). La psicomotricidad y su relación con la inteligencia emocional en los niños. Impulso 06, 12.