Si eres madre de un niño con autismo, seguramente has notado que tu pequeño reacciona de manera distinta a los estímulos del entorno.

 Puede que se sobresalte con ruidos fuertes, evite ciertas texturas o busque constantemente sensaciones específicas.

 Estas reacciones, que a veces pueden parecer extrañas, están relacionadas con lo que se conoce como procesamiento sensorial.

¿Qué es el procesamiento sensorial?

Nuestro cerebro recibe constantemente información a través de los sentidos: vista, oído, tacto, gusto y olfato. 

 

El procesamiento sensorial es la forma en que nuestro cerebro organiza, interpreta y responde a esta información. 

En las personas con autismo, este proceso puede ser diferente, lo que lleva a lo que conocemos como dificultades sensoriales.

La conexión entre el autismo y las dificultades sensoriales

La relación entre el autismo y las dificultades sensoriales es compleja y aún se está investigando. 

Sin embargo, se sabe que muchas personas con autismo experimentan una hipersensibilidad o una hiposensibilidad a ciertos estímulos. Esto significa que pueden ser:

  • Hipersensibles: Muy sensibles a estímulos como el ruido, la luz, las texturas o los olores. Esto puede provocar ansiedad, irritabilidad o incluso rabietas.
  • Hiposensibles: Menos sensibles a estímulos, lo que puede llevar a buscar sensaciones más intensas a través de actividades como saltar, girar o morder objetos.

¿Cómo afectan las dificultades sensoriales a la vida diaria?

Las dificultades sensoriales pueden afectar significativamente la vida diaria de una persona con autismo.

 Por ejemplo, un niño hipersensible al sonido puede tener dificultades para concentrarse en el aula o puede evitar lugares ruidosos como los parques. 

Por otro lado, un niño hiposensible puede buscar constantemente estímulos sensoriales, lo que puede llevar a comportamientos repetitivos o autolesivos.

¿Cómo puedo ayudar a mi hijo con dificultades sensoriales?

Si sospecha que tu hijo tiene dificultades sensoriales, es importante que hables con su pediatra o un terapeuta ocupacional. 

Ellos pueden realizar una evaluación y recomendar estrategias para ayudar a tu hijo. Algunas de estas estrategias pueden incluir:

  • Crear un entorno sensorial: Proporcionar un entorno tranquilo y ordenado, con poca distracción.
  • Utilizar herramientas sensoriales: Juguetes y herramientas que proporcionan una entrada sensorial, como pelotas de texturas, luces relajantes o audífonos con cancelación de ruido.
  • Terapia ocupacional: Un terapeuta ocupacional puede enseñar a tu hijo estrategias para manejar las dificultades sensoriales y participar en actividades cotidianas.

Comprender las dificultades sensoriales asociadas al autismo es el primer paso para ayudar a tu hijo. 

Al crear un entorno que sea sensorialmente amigable y al proporcionar las herramientas adecuadas, puedes mejorar significativamente la calidad de vida de tu pequeño.

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Referencias 

  • American Psychiatric Association. (2013). Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (5.ª ed.). Arlington, VA: Autor.
  • Cermak, S. A., & Carpenter, S. J. (2010). Sensory integration therapy: A review of the literature. American Journal of Occupational Therapy, 64(1), 12-22.