Julio 2025
Aprender a leer y escribir es un pilar del desarrollo infantil. Sin embargo, para algunos niños, este proceso puede presentar desafíos únicos. Comprender la dislexia y la disgrafía es el primer paso para ofrecer el apoyo adecuado y fomentar un camino exitoso.
¿Qué son la dislexia y la disgrafía?
La dislexia es un trastorno específico del aprendizaje de origen neurobiológico. Se caracteriza por dificultades en la precisión y fluidez del reconocimiento de palabras. Esto se debe a un déficit en el componente fonológico del lenguaje, a menudo inesperado en relación con otras habilidades cognitivas y la provisión de instrucción eficaz (Lyon et al., 2003).
La disgrafía, por su parte, es una dificultad para escribir de forma coherente y legible. Afecta la motricidad fina necesaria para la escritura, la organización espacial en el papel y la ortografía. No se relaciona con la capacidad intelectual, sino con la habilidad de producir lenguaje escrito.
Es importante destacar que ambos son trastornos del neurodesarrollo. Esto significa que tienen una base en cómo el cerebro procesa la información. No son un reflejo de falta de esfuerzo o inteligencia del niño.
Señales de alerta en la infancia y adolescencia
Detectar tempranamente estas dificultades es crucial para una intervención eficaz. Las señales pueden variar con la edad, pero la observación constante es clave para padres y educadores.
Señales de Dislexia:
- Dificultad para reconocer palabras: Problemas para descifrar palabras simples o frecuentes.
- Lectura lenta y laboriosa: La lectura no es fluida, con muchas pausas y errores.
- Confusión de letras: Inversión o sustitución de letras (b/d, p/q, u/n).
- Problemas de comprensión lectora: Aunque descifra las palabras, le cuesta entender el significado del texto.
- Dificultad para asociar sonidos con letras: Retraso en la conciencia fonológica.
Señales de Disgrafía:
- Escritura ilegible: Letras mal formadas, espaciado irregular entre palabras o letras.
- Prensión inusual del lápiz: Agarre incómodo o excesivamente fuerte.
- Dolor o fatiga al escribir: Se cansa rápidamente al realizar tareas de escritura.
- Errores ortográficos inconsistentes: Dificultad para recordar y aplicar reglas de ortografía.
- Problemas para organizar ideas: Dificultad para estructurar frases o párrafos de forma lógica.
El cerebro en acción: Perspectivas neurobiológicas
Las investigaciones neurocientíficas han arrojado luz sobre las bases cerebrales de la dislexia. Se han identificado diferencias en la activación y conectividad de ciertas áreas cerebrales. Particularmente, en regiones del lóbulo temporal y parietal izquierdos implicadas en el procesamiento fonológico (Shaywitz et al., 2004).
En la disgrafía, se observan diferencias en las redes neuronales relacionadas con la planificación motora y la coordinación visomotora. Esto afecta la capacidad de transformar los pensamientos en movimientos de escritura precisos y fluidos. La plasticidad cerebral permite que estas redes puedan ser entrenadas.
Comprender que estas condiciones tienen una base neurológica ayuda a desestigmatizar y enfocar la intervención de manera efectiva. No es una cuestión de «no esforzarse lo suficiente».
Estrategias de apoyo y adaptación
La intervención temprana y el apoyo constante son fundamentales para que los niños con dislexia y disgrafía prosperen. Un enfoque multisensorial suele ser muy beneficioso.
- Intervención especializada: La reeducación logopédica o fonoaudiológica es clave. Se enfoca en desarrollar la conciencia fonológica, decodificación y fluidez lectora/escritora.
- Adaptaciones escolares: Permisos para usar recursos como ordenadores, más tiempo en exámenes, o textos con fuentes adaptadas. La educación inclusiva es fundamental para su desarrollo.
- Apoyo emocional: Fomentar la autoestima es vital. Los niños pueden sentirse frustrados o desanimados. Es importante validar sus sentimientos y destacar sus fortalezas en otras áreas.
- Terapia Ocupacional: Para la disgrafía, un terapeuta ocupacional puede trabajar en la motricidad fina, la postura y el agarre del lápiz. Esto mejora la legibilidad y la resistencia a la escritura.
- Tecnología de apoyo: El uso de software de lectura en voz alta, correctores ortográficos avanzados o herramientas de dictado puede ser de gran ayuda (Rose, 2009).
Un camino de fortalezas y aprendizaje
Recibir un diagnóstico de dislexia o disgrafía no es el fin, sino el comienzo de un camino diferente. Muchos individuos exitosos tienen estas condiciones. Potenciar sus habilidades creativas, el pensamiento divergente y otras inteligencias es esencial.
La comprensión y la paciencia son las mejores herramientas. Con el apoyo adecuado, los niños pueden desarrollar estrategias compensatorias y alcanzar su máximo potencial. Celebrar cada pequeño avance es fundamental.
Referencias.
Lyon, G. R., Shaywitz, S. E., & Shaywitz, B. A. (2003). A definition of dyslexia. Annals of Dyslexia, 53(1), 1-14.
Rose, T. (2009). The Rose review: Identifying and teaching children and young people with dyslexia and literacy difficulties. DCSF Publications.
Shaywitz, S. E., Shaywitz, B. A., Blachman, B. A., Pugh, K. R., Fulbright, P. K., Skudlarski, R., & Gore, J. C. (2004). Development of left occipitotemporal systems for skilled reading in children after a phonologically based intervention. Biological Psychiatry, 55(9), 924-933.


