Julio 2025

El desarrollo del lenguaje en los niños preescolares es un proceso fascinante y crucial. Cada niño sigue su propio ritmo, pero existen hitos del lenguaje que nos guían. Identificar las señales de alerta tempranas es fundamental para una intervención oportuna.

¿Qué es un trastorno del lenguaje?

Un trastorno del lenguaje se refiere a dificultades persistentes en la adquisición y uso del lenguaje. Esto puede afectar tanto la comprensión (lenguaje receptivo) como la expresión (lenguaje expresivo). No es solo «hablar tarde».

Estos trastornos pueden tener un impacto significativo en el desarrollo cognitivo, social y emocional. A menudo, se asocian con diferencias en el neurodesarrollo del cerebro. La detección temprana es clave para minimizar sus efectos.

Señales de alerta en preescolares (2-5 años)

Observar ciertas características en la comunicación de tu hijo es esencial. Si notas alguna de estas señales, es recomendable buscar orientación profesional. No se trata de alarmarse, sino de actuar proactivamente.

A los 2-3 años (24-36 meses):

  • Poco vocabulario: Utiliza menos de 50 palabras o no combina dos palabras de forma espontánea.
  • Dificultad para entender: No sigue instrucciones simples de dos pasos («Toma el oso y ponlo en la cama»).
  • Ausencia de preguntas: No hace preguntas sencillas como «¿Qué es eso?» o «¿Dónde está?».
  • Juego limitado: No utiliza objetos de forma simbólica o imaginativa (por ejemplo, usa un plátano como teléfono).

A los 3-4 años (36-48 meses):

  • Dificultad para formar oraciones: No construye frases de tres o más palabras.
  • Problemas de pronunciación: Su habla es ininteligible para extraños la mayor parte del tiempo.
  • Dificultad narrativa: No puede contar experiencias sencillas o repetir un cuento.
  • Pobre interacción social: Evita el contacto visual o no participa en juegos de roles simples.

A los 4-5 años (48-60 meses):

  • Errores gramaticales persistentes: Continúa cometiendo errores básicos de género, número o tiempo verbal.
  • Dificultad para seguir conversaciones: No puede mantener un diálogo coherente sobre un tema.
  • Vocabulario limitado para su edad: Le cuesta describir objetos o eventos con detalles.
  • Problemas para aprender conceptos nuevos: Tiene dificultades con conceptos espaciales o temporales.

¿Cuándo buscar ayuda profesional?

Si observas varias de estas señales de alerta, es crucial consultar a un especialista. Un logopeda o fonoaudiólogo es el profesional idóneo para realizar una evaluación exhaustiva del lenguaje. Un neurólogo infantil también puede ser consultado para descartar otras condiciones.

La intervención temprana es vital para maximizar el potencial de desarrollo del lenguaje. El cerebro de los niños tiene una gran plasticidad neuronal, lo que facilita la adquisición de nuevas habilidades con el apoyo adecuado (Shonkoff & Phillips, 2000).

No esperes a que el niño ingrese a la escuela primaria para buscar ayuda. Las dificultades no resueltas pueden afectar el rendimiento académico y la autoestima. Un diagnóstico temprano permite un plan de intervención individualizado.

El papel de la familia y el entorno

Los padres y cuidadores son los primeros y más importantes observadores del desarrollo de sus hijos. Confía en tu intuición si sientes que algo no va bien. Tu preocupación es una señal para actuar.

Fomentar un ambiente comunicativo rico en el hogar es esencial. Habla con tu hijo, léeles cuentos, canta canciones y haz preguntas abiertas. Estas interacciones cotidianas estimulan el cerebro lingüístico.

Recuerda que cada niño es único, pero conocer las pautas de desarrollo nos ayuda a identificar cuándo necesitamos un apoyo adicional. La detección temprana marca una diferencia significativa en la vida de los niños (National Research Council, 2001).

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Referencias.

American Speech-Language-Hearing Association (ASHA). (n.d.). Speech and Language Disorders. Recuperado de https://www.asha.org/public/speech/disorders/

National Research Council. (2001). Eager to learn: Educating our preschoolers. National Academies Press.

Shonkoff, J. P., & Phillips, D. A. (Eds.). (2000). From neurons to neighborhoods: The science of early childhood development. National Academies Press.