El desarrollo psicomotor representa un eje transversal en el crecimiento y la maduración de los niños, ya que influye de manera directa en su funcionamiento integral, recordemos que la psicomotricidad incluye habilidades tanto cognitivas como motoras.
En lo que se refiere a los niños(as) con necesidades especiales, esta disciplina adquiere una relevancia aún mayor, porque les permite mejorar y estimular cada una de sus áreas. En el siguiente artículo abordaremos cómo adaptar las actividades y entornos para promover el desarrollo psicomotor de niños con discapacidades o trastornos del desarrollo.
A continuación, te presentamos algunos aspectos generales a tener en cuenta cuando deseamos incluir la psicomotricidad en la rutina de nuestros pequeños. Fomenta la autonomía, es decir, implementa actividades con las que el niño tenga la oportunidad a posteriori de realizar las actividades y tareas cotidianas de manera autónoma.
Actividades que promueven el desarrollo psicomotor
Las actividades deben estar orientadas a mejorar y perfeccionar el control de los movimientos del cuerpo al mismo tiempo que mejora su propiocepción, en este aspecto, entra también la estimulación de los sentidos y la capacidad de interpretar el entorno. Uno de los aspectos más importantes y claves son, potenciar las habilidades sociales y la sana inclusión, esto quiere decir, facilitar la interacción con otros a través de la libertad de expresión y el respeto.
Otro aspecto importante es la adaptación del entorno y la individualización, es muy importante, crear programas personalizados que se ajusten a las características y necesidades específicas de cada niño, utilizar materiales y equipos que permitan una participación activa y segura, diseñar entornos que favorezcan la exploración y el movimiento libre y, por último pero no menos importante, la colaboración interdisciplinar, es decir, trabajar en equipo con otros profesionales (pediatras, terapeutas ocupacionales, etc.) para ofrecer una atención integral.
Algunos ejemplos de actividades adaptadas pueden ser, los juegos sensoriales, los cuales permiten estimular los sentidos a través de texturas, olores y sabores, igualmente, las actividades de equilibrio, para desarrollar la coordinación y el control postural.
Además, los juegos con pelotas ya que ayuda a mejorar la coordinación óculo-manual y la fuerza muscular. También, las actividades en piscina o el agua facilitan el movimiento, la relajación y regulación del sistema nervioso.
Implementar actividades psicomotoras en la rutina de nuestros niños con necesidades especiales aporta numerosos beneficios, como por ejemplo, mayor sentido de sí mismo y autoestima ya que experimentan logros y superan retos, mejora la calidad de vida al aumentar su autonomía e independencia, facilita el aprendizaje, al mejorar la concentración, la atención, el desarrollo de las funciones cognitivas superiores, como la memoria, el lenguaje y la capacidad de abstracción.
Como vemos la psicomotricidad es una herramienta esencial para promover el desarrollo integral de niños con necesidades especiales. A través de la adaptación de actividades y entornos, es posible potenciar sus habilidades motoras, cognitivas y sociales, mejorando así su calidad de vida y favoreciendo su inclusión en la sociedad y brindándole las herramientas necesarias para una vida plena.
Referencias
Velasco, A., & Gómez, M. (2015). La psicomotricidad como herramienta terapéutica en niños con trastorno del espectro autista. Revista de Neurología, 60(4), 167-172.
Pérez, R., & López, J. (2018). El papel de la psicomotricidad en el desarrollo de la autonomía en niños con parálisis cerebral. Revista Iberoamericana de Psicología y Educación, 22(1), 123-138.