La discapacidad intelectual es una condición que afecta a entre un 1% y un 4% de la población mundial, según datos de la Organización Mundial de la Salud.

En Latinoamérica, esta prevalencia puede ser aún mayor debido a factores como la desnutrición, problemas perinatales y complicaciones obstétricas, así como la pobreza.

Esta condición se manifiesta en la relación entre la persona y su entorno, y su impacto depende tanto de la propia persona como de las barreras presentes en ese entorno.

En este artículo, exploraremos la nueva definición de discapacidad intelectual y su integración en programas, políticas y prácticas de intervención específicas.

Definición y Clasificación

La discapacidad intelectual se caracteriza por limitaciones significativas en el funcionamiento intelectual y en la conducta adaptativa.

Estas limitaciones se manifiestan antes de los 18 años y afectan la capacidad de la persona para participar en actividades cotidianas.

Tradicionalmente, se han clasificado diferentes niveles de discapacidad intelectual, como leve, moderada, severa y profunda, basándose en las puntuaciones de CI (cociente intelectual).

El Modelo Social de la Discapacidad

El modelo social de la discapacidad ha transformado la forma en que entendemos y abordamos la discapacidad.

En lugar de centrarse en las limitaciones individuales, este modelo considera las barreras sociales y ambientales que dificultan la participación plena de las personas con discapacidad.

Se enfoca en la inclusión, los derechos y la igualdad de oportunidades.

Inclusión y Derechos

La inclusión efectiva de las personas con discapacidad intelectual requiere un enfoque que respete sus deseos y proyectos de vida. Las organizaciones del tercer sector en España están trabajando para crear entornos más accesibles y eliminar barreras, permitiendo que las personas con discapacidad intelectual participen activamente en la sociedad. Esto implica considerar sus necesidades individuales y garantizar que tengan acceso a servicios, educación, empleo y actividades recreativas.

Conclusiones

La discapacidad intelectual no es solo una cuestión individual, sino también una responsabilidad social. El modelo social nos insta a crear una sociedad más inclusiva y a reconocer que todos tenemos un papel en la promoción de los derechos y la igualdad de oportunidades para las personas con discapacidad intelectual.

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Referencias